Mientras tanto, nuestros amigos, desconcertados por la súbita desaparición de su guía espiritual, intentarían saber que está pasando. Encontrarían la solución pronto, descubriendo una entrada al Reino de Poseidón gracias a la inestimable ayuda de Hilda y Flare. Localizado cerca del lugar donde Athena había estado luchando contra la fuerza de la Naturaleza para evitar la erosión de los Hielos Perpetuos del Norte, ésta tendría forma de Remolino. Sin nada que perder, Seiya y Shun bajarían por él, llegando hasta una especie de cúpula Submarina que estaba soportada por 7 grandes Pilares (que representan a los 7 Océanos). Nada más aterrizar en ese lugar, recibirían una visita de parte de Tetis, que les advertiría que el único medio que tenían de salvar la vida de su Diosa, era destruyendo cada una de las 7 columnas que soportaban los grandes Mares.
Con ese objetivo primordial, los Santos de Bronce tenían que actuar de nuevo con rapidez para evitar una mayor catástrofe. Por ese motivo, Seiya y Shun se dirigirían inmediatamente a un Pilar cada uno. El primero se plantaría en el que representa al Pacífico Norte, enfrentándose a Baian, mientras que el segundo llegaría al Pilar del Pacífico Sur en donde lucharía con el General Marino conocido como Eo. La Batalla entre el Santo de Pegaso y su contrincante se decidiría a favor del primero, gracias en parte a la renovada fuerza que había adquirido su Armadura y las de sus compañeros, al ser reparadas con la sangre de los Santos de Oro sobrevivientes a las 12 Casas. Al término de ese duelo, nuestro protagonista principal vería como se le unirían Hyoga y Shiryu, con los que compartiría una breve conversación, explicándoles lo que ocurría. Una vez encajadas todas las piezas, estos se pondrían en marcha hacia 2 nuevos Pilares, mientras Seiya se prestaría a romper el que había conquistado, lográndolo tras muchos intentos, gracias a una de las Armas de la Armadura de Libra, enviada por Dohko para ello (siendo llevada por Shaina, quien a su vez se la da a Kiki para que la lleve de Pilar en Pilar).
Recuperado, Hyoga seguiría con la misión, presentándose en el Pilar que sostenía el Océano Ártico, en donde se encontraría con Isaac -un viejo compañero de entrenamiento a las órdenes de Cristal o Camus-. Tuerto por salvar la vida del Santo del Cisne en su infancia, el General Marino del Kraken entablaría una dura lucha con su viejo amigo, resultando perdedor debido a la obstinación de su contrincante (teniendo el apoyo de los Espíritus de Cristal y Camus). A pesar de su victoria, Hyoga quedaría con un ojo lastimado en el transcurso de la lucha. Malherido y derrotado, ese amigo de infancia de nuestro héroe le contaría antes de morir que el que estaba detrás de todo esto no era Poseidón (que no había despertado del todo), sino el Dragón Marino. Éste último se encargaría de interceptar al hermano de Shun en su camino hacia el Soporte Principal. Ese encuentro serviría para clarificar las cosas, ya que saldría a la luz la verdadera identidad de ese misterioso personaje, resultando ser Kanon (hermano gemelo de Saga). Esos momentos de incertidumbre darían paso a la nueva aparición de Sorrento, que había conseguido escaparse del ataque de Siegfried por pocos segundos y que tras pensar un poco había llegado a la determinación de que toda esta Guerra Santa había sido planeada por alguien. Pero el enfrentamiento entre esos 2 Generales Marinos nunca llegaría porque la llegada de Shun al Pilar del Atlántico Sur provocaría que Sorrento se dirigiese hacia allí, a la vez que Kanon iba al del Atlántico Norte.
Mientras tanto, Shaina (que se había librado de Tetis) se encaminaría hacia el Templo de Poseidón, cayendo derrotada con facilidad. Ese combate llamaría la atención de Seiya, Hyoga y Shiryu, los cuales decidirían ir a dicho Templo, en donde Athena al sentir cerca de sus Santos, haría crecer su Cosmos. La llegada de estos no inquietaría al Dios del Mar, que los iría venciendo sin miramientos antes la observación desde el Santuario de los Santos de Oro, los cuales no podrían hacer nada para evitarlo. Pero aún así, la Armadura de Sagitario -guiada por el Espíritu de Aioros-, se movería en dirección al Santuario de Poseidón, llegando a tiempo y vistiendo a Seiya con su Dorado ropaje. A su vez, Shun acabaría por derrotar a Sorrento, destruyendo también el Pilar que este vigilaba. Ahora, sólo quedaba en pie el Pilar del Atlántico Norte, y Kanon tendría que enfrentarse de nuevo a Ikki (al cual había enviado a Otra Dimensión en su anterior encuentro), que le castigaría con su Genma Ken, haciéndole recordar su pasado. Perseguido por las visiones de su enfrentamiento con su hermano, Kanon reviviría el momento en el que fue encerrado en un calabozo debido a sus malas acciones y los instantes en los que libraría a Poseidón de su encierro en una Urna por parte de Athena. Mientras, en el Templo del Dios del Mar, Seiya lanzaría contra él una Flecha Dorada siendo devuelta una y otra vez y estando a punto de ser gravemente herido.
Por suerte la protección de su Armadura y el apoyo de sus amigos, los cuales se pondrían en medio para interceptar la Flecha, evitarían la muerte del Santo de Pegaso. Concentrando su Cosmos en dicha Flecha, estos muchachos lograrían que nuestro protagonista alcanzase finalmente a su enemigo, quitándole la Diadema con el impacto. Éste hecho sería el detonante del completo despertar del Dios del Mar. Enterados de lo que pasa, Kanon e Ikki continuarían una lucha que cesaría con la llegada de Kiki y Sorrento (vencido por Shun), ya que éste último decidiría pararla porque la idea de conquistar el mundo no había sido de Poseidón, sino del hermano de Saga, no teniendo sentido esa Guerra Santa. Por tanto, el Santo del Fénix tenía vía libre para destruir el último Pilar. Hecho esto, lo que restaba por hacer era derribar el Pilar Principal y derrotar a ese terrible y poderoso ser Divino. Con la ayuda de las Armaduras Doradas de Acuario y Libra (que vestirían a Hyoga y Shiryu respectivamente), los 3 Santos de Bronce protegidos con Armaduras Doradas, lograrían derribar el Soporte Principal y derrotar a Poseidón, gracias también a la intervención de Shun e Ikki. Destrozado el Soporte Principal y liberada Saori, lo último que quedaba por hacer era volver a encerrar el Alma de Poseidón en la Urna Sagrada de Athena. Esto se llevaría a cabo gracias al Cosmos de los Santos de Bronce, menos Seiya que se había puesto en medio para evitar que el Tridente de su contrincante lastimase a Athena, que lograría separar el Alma del cuerpo de Julián Solo y hacerla entrar de nuevo en el recipiente Sagrado.
Con el Santuario de Poseidón desmoronándose, todos nuestros amigos, incluidos Shaina y Kiki, serían llevados a la superficie por Saori, mientras Tetis rescataría al Empresario Europeo y lo dejaría en la playa. Todo habría terminado bien y el mundo, de nuevo podría disfrutar de una paz duradera.
Capitulos:
100 - Poseidon, El Emperador Del Oceano, Una Nueva Guerra Santa
101 - Destruyan Todos Los Pilares De Los Siete Mares
102 - El Misterioso Dorado De La Armadura De Bronce
103 - Shun Es Atacado Por Las Siete Bestias De Sila
104 - Muerte De Las Seis Bestias Por La Poderosa Cadena Dorada
105 - Excalibur Habita En El Brazo De Shiryu
106 - Seiya Encuentra Su Ser Mas Querido
107 - Leunades El Despiadado
108 - Isack, El Hombre Que Olvido Los Sentimientos
109 - Cuidado Ikki, Otra Triste Batalla Normal
110 - Escucha La Bella Cancion De Atena
111 - Amigos, Cuando Morimos Lo Hacemos Juntos
112 - El Misterio Del Renacimiento De Poseidon
113 - Flecha Dorada Ataca A Poseidon
114 - Viva La Amistad, Larga Vida Leyenda De Los Caballeros
